lunes, 27 de agosto de 2012
Siempre me apoyaron
Al día siguiente de adoptarlos les conté a todos en mi colegio que había adoptado a 2 chihuahuas. Una amiga siempre me pregunto cuando los iba a traer. En el colegio había una niña que me molestaba casi siempre. Siempre llegaba con mi pantalón azul marino y mi camisa roja impecables, pero me ponía a jugar con mis adorados perros y me llenaba del pelo largo de Tapi, y de las lamidas de Silver. Mi madre no lavaba mi uniforme, no era necesario, tomaba 2 tiras de pega y las colocaba sobre la ropa, así salía el pelaje. Se fueron haciendo mas grandes, cada vez que teníamos reuniones los cachorros de 4 meses entraban corriendo a la sala a jugar con los invitados. Las veces que dejábamos las puertas de la sala de estar abiertas se montaban en los sofás. Cuando ya tenían 6 meses mi madre puso algo así como un muro, una muralla, que separaba a los perros de nosotros, pero los veíamos. A Tapi se le empezaron a levantar las orejas, pero a Silver no... Se empezaron a poner delgados, como unos chihuahuas normales, siempre les tomaba fotos. A los 10 meses empezaron a estornudar bastante, y a vomitar cada vez que les dábamos nuestra comida, no sabíamos que no debíamos hacerlo. Pensábamos que tenía una enfermedad. Yo los besaba y los besaba, los abrazaba... Los quería mucho. Cuando ya tenían un año mi madre los saco de adentro de casa y comenzaban a dormir en el patio. A veces siempre aullaban porque nos extrañaban. A Silver les empezaron a levantar las orejas también. Los perros se empezaron a orinar en la lavadora, y eso causo muchos problemas. Cuando tenían 2 años ya estaban acostumbrados a dormir en el patio. Teníamos plantas en una de las orillas de la pared, pero ellos se las comieron y no quedó nada. Los amaba mucho y me seguía ensuciando con su pelaje. A los 3 años también se acostumbraron a quedarse en la casa de mi abuela materna cuando viajábamos. En Octubre de 2011, cuando ya tenían 3 años, paso algo que nunca nos había pasado. Nos fuimos de viaje y dejamos a los perros en la casa de mi abuela varios meses. Llegue del colegio a mi casa con nota A 20 de un examen de matemática, mi madre me dijo que fuéramos a llevar algo a la casa de mi abuela y nos lleváramos a los perros. Al rato, mi abuela llamó y le dijo algo que hizo llorar a mi madre. Le pregunte que pasaba, y me respondió lo que temia que dijera: los perros se habían escapado. Me puse a llorar mucho. Fuimos hasta la casa de mi abuela y nos dijo lo que había pasado. La ultima vez que los vio eran las 12 del mediodía y le hacían terapias a mi abuelo, y al salir el que se las realizaba dejó la puerta abierta, y los perros, como son tan delgados, salieron por la puerta, y luego por las rejas. Fuimos y preguntamos por todas partes. Le llamamos a una amiga y nos dijo que una de sus amigas le había llamado diciendo que había visto a 2 pequeños chihuahuas con cara de perdidos. Al día siguiente los encontramos y estaba muy emocionada. Este año he estado entrenandolos, pero no me hacen caso... Estoy feliz de tenerlos conmigo y los amo tanto que decidí escribirles este blog, porque ellos son... Mis perros siempre leales.
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